Nuestro país se encuentra desde hace muchos años en una profunda crisis educativa. Nuestros niveles de desempeño en pruebas internacionales como PISA demuestran que el mexicano promedio no comprende lo que lee.
Asimismo, tenemos mediciones que nos indican que en promedio, los mexicanos leemos 2.3 libros al año, mientras un japonés lee 23, un alemán lee 20, un canadiense lee 21...
Y todo esto es en buena medida, culpa de nosotros, los maestros. ¿Por qué lo digo? Porque tampoco leemos. ¡Vamos... seamos serios!, ¿Cuántos libros lee un profesor al año? Les he de confesar que en mi contacto permanente con colegas, son pocos los docentes que realmente se preparan.
El mal trabajo de nuestro gremio académico ha ocasionado en no pocos casos, que los estudiantes vean la lectura como una carga, como una actividad aburrida, como algo que no tiene gracia, como algo que no trae ningún provecho.
En mi trayectoria como profesor - que está por sumar los 13 años - he comprobado que sí es posible contagiar a los muchachos con el gusto por la lectura, eligiendo textos acordes a su edad, a sus intereses y sobre todo, que le gusten al profesor.
Para decir algo con gusto, te tiene que gustar ¿no?.
Pues igual, para recomendar lecturas tienes que disfrutar lo que lees, así de fácil.
Leer para Crear es por tanto la unión de esta urgente necesidad de promover la lectura, en un medio por el que pueda llegar a más personas. La solución son las redes sociales - quizá el fenómeno más impactante de los últimos años - ya que su accesibilidad, poder de penetración y bajos costos las vuelven una herramienta educativa invaluable.
Leer para Crear no tiene filiación partidista, no pertenece a ninguna institución, no busca fines de lucro.
Se produce con recursos propios y el pago que recibo al hacerlo es la satisfacción de estar aportando algo valioso a mi sociedad.
"La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que cambiarán al mundo", dijo el maestro brasileño Paulo Freire.
Tengo la certeza de que si nuestra sociedad se vuelve lectora, se volverá más crítica, más participativa, más solidaria y más próspera.
Con cariño, Marco Tulio Alonso Alfonsin.
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